Trabajar para los bancos: se recuperaron las ventas de sembradoras pero a costa de un esfuerzo financiero que terminó generando pérdidas para los fabricantes
Datos oficiales del Indec.
La venta de sembradoras en el mercado argentino en el tercer trimestre de 2019 fue de 676 unidades, una cifra 13% superior a la registrada en el mismo período del año pasado.
El crecimiento de las ventas se sustentó a partir de múltiples alternativas de financiamiento –muchas de ellas atadas a importantes descuentos y/o canjes por grano– ofrecidas por los propios fabricantes de sembradoras para aprovechar la abundante cosecha gruesa lograda en 2018/19.
De todas maneras, la recuperación de las ventas de unidades se logró en muchas situaciones con un excesivo costo financiero que terminó erosionando los márgenes de los fabricantes.
“Habiendo transcurrido tres cuartas partes del año, la política monetaria de altísimas tasas se mantuvo por un período de tiempo mucho más prolongado de lo esperado, generando un aumento notable de los cargos financieros, que afectan significativamente al resultado final del período”, indicó la fabricante cordobesa de sembradoras Agrometal en el último balance presentado ante la Comisión Nacional de Valores.
La firma informó una pérdida de 112,9 millones de pesos en los primeros nueve meses de 2019 versus un resultado negativo de 71,7 M/$ en el mismo período (pesos constantes), el cual en buena medida se explica por un costo financiero de 204,9 M/$ versus 172,8 M/$ en enero-septiembre de 2018.
“Ante este panorama, en los primeros nueve meses del año nuestra empresa presenta una facturación en cantidad de sembradoras un 9% superior al del año anterior (en pesos constantes). Esto se logró con una política comercial que privilegió trasladar descuentos a nuestros clientes con el fin de acortar los plazos de cobranza, para evitar en la mayor medida posible el costo excesivo de monetizar la parte que se concreta con cheques de terceros a plazo”, explicó Agrometal.
“Esta estrategia permitió mantener un volumen de actividad importante, teniendo en cuenta los condicionantes excepcionales en que está transitando el presente ejercicio, pero al mismo tiempo dicho volumen no se puede traducir en rentabilidad por el enorme peso de los resultados financieros en primer lugar y una reducción del margen bruto por el sostenimiento de descuentos superiores a los habituales en la mayor parte del año”, añadió.
En el plano productivo, Agrometal indicó que las actividades de fábrica comenzaron al inicio del mes de febrero de 2019 con un programa de producción que se mantuvo inalterado hasta el mes de agosto. “En dicho mes, ante el brusco cambio generado por el resultado de las elecciones primarias, que derivó en una fuerte devaluación de nuestra moneda, dicho programa fue modificado para adaptarlo a las nuevas perspectivas del mercado, lo que puede cuantificarse en una reducción del 12%”, comentó.
En lo que respecta a tractores, la venta en el tercer trimestre de este año –según datos publicados por el Indec– fue de 1856 unidades, una cifra superior a los 1335 comercializados en el mismo período de 2018, pero aún lejana a los niveles del tercer trimestre de 2017 y 2016 (2897 y 2106 respectivamente)
De todas maneras, vale recordar que en el arranque de los años 2018 y 2017 se registró, junto con un cambio de expectativas, un retraso cambiario significativo que sobre-estimulaba la compra de bienes y servicios dolarizados (fenómeno que se morigeró luego de la devaluación o corrección cambiaria instrumentada a partir del segundo semestre del año pasado).
De hecho, mientras que en el segundo trimestre de 2015 el retraso cambiario también estaba presente, la venta de tractores fue mucho menor a la registrada en el mismo período de 2019 debido al menor poder de compra relativo de los productores (por derechos de exportación + ROE) y ausencia de expectativas favorables (última fase del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner).
La venta de cosechadoras en el tercer trimestre de este año fue de 157 unidades versus 102 en el mismo período del año pasado, cuando –recordemos– una sequía histórica provocó quebrantos generalizados en muchas regiones agrícolas argentinas. En el tercer trimestre de 2017 y 2016 las ventas habían sido de 292 y 220 unidades respectivamente.
Las flojas ventas de tractores y cosechadoras obedecen al hecho de que, a diferencia de las sembradoras, las promociones fueron nulas o limitadas en un contexto de créditos inviables por tasas de interés astronómicas.